5 de julio de 2012

Fragmentos de los poemas de Eva 299



Eva
          
Nacida de instante, eres tiempo,
un ahora inmediato y frágil para decir súbita,
eterna, presente incontenido.
Vienes de mí mismo,
de la fragua de mi soledad tuve que forjarte.
Mañana tomarás del fruto y yo,
aún en la pérdida de todo paraíso,
sé que tendré que acompañarte.

Laberinto
 
Ariadna,
suave reposas en el centro al que extraviado me dirijo. 
En una esquina solitaria, en una ladera de cada espacio,
en una fortuna del momento.
Todo es espiral sin centro en esta curva del encuentro. 
Ariadna, de tus voces que dicen mañanas
a mis ojos que vieron ayeres
cada pared está hecha de tiempo,
de arena sutil que desangra desde la llegada su partida.
Minotauro temeroso,
huyo del laberinto en el que,
centro de mí mismo, me esperas,
y en cada giro de escape
el rediseño de tu memoria me llama hacia ti.
Avanzo con cautela planificando mi huida
y dejo tras de mí un hilo de escape que,
vuelto a recorrer para recuperar mi extravío,
sé que también me llevará a tus brazos.